A solo uno o dos pasos de la Navidad, Frankie Randall ha fallecido a los 59 años de edad.
Frankie, quien peleó como profesional de 1983 a 2005, forjó un récord memorable de setenta y siete peleas, incluidas cincuenta y ocho victorias, con cuarenta y dos KO`S, dieciocho perdidas y un empate. En su apogeo, era una fuerza tremenda en la escena. Perdió trece de sus últimas dieciséis peleas, cuando superó con creces ese increíble mejor momento. Antes de eso, el récord amateur de Frankie era un extraordinario 263-22. Cinco veces ganó el Campeonato de Guantes de Oro.
La noche de pelea más grande de Frankie fue el 29 de enero de 1994 en la inauguración del MGM Grand Garden en Las Vegas. Como un forastero de 18-1, le entregó al Gran Julio César Chávez su primera derrota, apoderándose de la corona superligera del WBC, subrayándola con una caída a través de una gran mano derecha en el undécimo asalto. Hasta ese momento Julio era un invencible 89-0, con un empate. La decisión dividida envió una onda de choque en el mundo del boxeo. Julio recuperó el título el 7 de mayo, con una decisión dividida en el octavo asalto después de sufrir un corte, debido a un choque accidental de cabezas. Frankie ganó los títulos WBC y WBA 1994-97. ¡Fue campeón del mundo tres veces!
Durante su carrera, Frankie peleó contra oponentes de alta calidad, incluidos JC, Juan Martin Coggi tres veces, Freddie Pendleton dos veces y Edwin Rosario. en 2004 vino a la Ciudad de México junto con su manager Dan Hale y peleó contra Julio por tercera vez en la Plaza de Toros. Todo el mundo quedó muy impresionado con su traje de tres piezas rojo fresa y sus modales afables y corteses.
Julio lo saludó como a un amigo perdido hace mucho tiempo. Los hijos Julio Jr y Omar le estrecharon la mano respetuosamente. Pero entre carcajadas, Gina, su hija pelirroja, advirtió a Frankie en términos muy claros: “¡No te atrevas a lastimar a papá!” Dan declaró: “Si fuera una carrera, Frankie la ganaría sin dudarlo. Desafortunadamente no fue así y Julio se apresuró a ganar una decisión de diez asaltos.
Frankie había estado en un hogar de ancianos durante algún tiempo. Sufría de Parkinson y demencia.
A Frankie le encantaba el boxeo, especialmente su entrenamiento. Siempre decía: “Amo mi trabajo”. Tranquilo, ciertamente no llamativo, Frankie tenía una sonrisa maravillosa y un corazón bondadoso. Aunque Julio es el favorito de los fanáticos de las peleas mexicanas, Frankie ciertamente también se ganó sus corazones.
