Alan David Picasso es el último boxeador talentoso de los barrios bravos de la Guerrero y Tepito, en la Ciudad de México, pero estudia Ciencias en la Universidad Nacional Autónoma de México y aún no descarta aplicar para convertirse en astronauta, a pesar de que este sábado se presenta en el programa de televisión en vivo ¨Volvemos con punch¨ en los estudios de Azteca 7, La Casa del Boxeo, ante el fuerte regiomontano Florentino “Violento” Pérez.
“Estoy viviendo mis sueños, no todo lo tenemos que ver tanto al futuro, porque el futuro es incierto. Así que me encanta vivir el presente. Me encanta aprender, boxeo con pasión, estudio con pasión. Me gusta aprender de todo” afirma el prometedor boxeador que en 14 peleas sólo ha perdido un combate y es “Puma” de corazón.
“Desde chiquito soñaba con estudiar en la UNAM. Estudié en la Prepa 7, por la Merced, y ahora estoy en la Facultad de Ciencias, en Ciudad Universitaria”, indica enfundada en su chamarra azul y oro de los Pumas, quizás el prospecto pugilístico más diferente que haya dado el barrio que fue cuna de Raúl “Ratón” Macías, Luis Villanueva “Kid Azteca” y José “Huitlacoche” Medel.
David es diferente hasta en apodo: El Rey.
“Mi papá me puso David por la historia bíblica del rey David, pero cuando empecé a boxear siempre me echaban peleadores más grandes que yo . Peleaba en 50 kilos y me enfrentaba contra rivales 55. Así que siempre tuve peleas de David contra Goliat, y gané muchas en esa situación” explica David al recordar al pastor, ungido por el profeta Samuel como rey de Israel, con el nombre que significa “Aquel que es amado” en hebreo, y que fue vencedor de Goliat, el gigante guerrero de los filisteos, siendo un niño.
Pero para David Picasso, su Dios es la ciencia y su credo el conocimiento.
“Sabemos que en el boxeo es negocio, así que el dinero que me vaya generando lo quiero invertir en una empresa de ciencia y tecnología, porque hay mucho talento en México, pero también una inmensa fuga de cerebros. Escucho a mis compañeros decir que quieren terminar la universidad e irse de México. Eso no lo podemos seguir permitiendo”, establece este universitario, que además se da tiempo para trabajar en una empresa de logística que realiza los fletes de mercancía china que llegan a Tepito, su barrio.
“Sí, es un ambiente bravísimo. Desde chico jugaba futbol y de mi equipo, la mayoría ya no estudia, solamente dos de todo el equipo seguimos estudiando y haciendo cosas grandes. Yo sé que hay mucho talento pero la falta de oportunidades los hace ir por una mala orientación”, establece el chico que sigue avanzando en busca de su propio reinado en el pugilato.